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martes, 16 de febrero de 2010

RINCON DE LA SENSUALIDAD...........CARICIAS Parte 2



EL PECHO

¿Cómo lo hago? El "masajista" se sitúa a la derecha de su compañero, al nivel de sus caderas. Las manos han de estar sobre los pectorales/senos, envolviéndolos bien. Procede a hacer 3 movimientos circulares: en el sentido de las agujas de un reloj para el seno derecho, en el sentido contrario para el izquierdo y, sin dejar de realizar estos círculos, acerca y aleja los senos. Después, desliza tus dedos desde el pezón hasta el exterior del seno y amasa delicadamente la piel variando la presión. Para terminar de una forma más erótica, sírvete de tu boca y no dudes a besar directamente su pecho.


¿Por qué es tan bueno? el pecho y el vientre están entre las partes más sensibles del cuerpo: la piel alrededor de la clavícula es muy fina, por lo tanto muy receptiva a las caricias. Por otra parte, tanto para la mujer como para el hombre, el pecho es una zona erógena secundaria, que una vez acariciada, entraña la excitación de las zonas primarias (órganos sexuales).


El mejor momento para hacerlo: Cuando sientas que tu libido está a media asta. 30 minutos de masaje sensual del pecho deberían bastar para despertar a los fogosos amantes que habitan en vosotros.


La idea: ¿Por qué no usar una pluma o un pincel para acariciar el pecho de tu pareja? Estos instrumentos aéreos le harán estremecer de placer.


A tener en cuenta: Bien estimulados, los senos pueden incluso hacerte llegar al orgasmo. El 24% de las mujeres encuestadas declaran que pueden llegar al orgasmo con sólo acariciarles el pecho...

LOS BRAZOS


¿Cómo lo hago? Siéntate al lado de tu chico, coge su mano izquierda y pon la derecha sobre su palma, con los dedos en dirección a su hombro. Remonta suavemente desde su muñeca hacia el codo, antes de descender de nuevo por el brazo. Repítelo dos veces. Después, pon las dos manos paralelas sobre sus antebrazos y asciende hasta el hombro ejerciendo una presión uniforme. Vuelve a descender relajando la presión. Repite este gesto varias veces. Para terminar, pon su mano derecha entre las tuyas y masajea su palma con tus pulgares para después deslizar tu dedo índice entre sus dedos. Haz lo mismo con el brazo derecho.


¿Por qué es tan bueno? Muchas veces lo olvidamos, pero el brazo alberga numerosas zonas erógenas, sobre todo en los codos (en el pliegue interior), los puños y las manos. Muy raramente acariciamos estas partes del cuerpo, particularmente sensibles a los masajes. Compruébalo tú misma: un buen masaje en esas zonas procurarán a tu pareja una intensa sensación de placer.


El mejor momento para hacerlo: Cuando sientas que la rutina invade tu pareja y que los contactos físicos diarios son cada vez menos frecuentes. El masaje de brazos os hará descubrir las manos y los hombros del otro y pondrá de relieve ciertas zonas del cuerpo que normalmente tenéis olvidadas, reservadas a los simples gestos banales de la vida cotidiana.


La idea: Para hacer el masaje más picante, pasa tu lengua entre sus dedos y bésale cuando llegues a la punta.


A tener en cuenta: Debido a su significado simbólico (protegen y miman), el masaje erótico en manos y brazos refuerza los sentimientos en el seno de la pareja, os une más.

LAS NALGAS 


¿Cómo lo hago? Tu pareja se tumba boca abajo y tú te sientas justo debajo de su trasero, a horcajadas. Pon las palmas de la mano sobre sus nalgas y masajéalas con movimientos circulares cada vez más amplios. Acentúa la presión. Ve después a la nalga derecha; pon tus manos sobre ella y, con la ayuda de tus pulgares, forma un "rollo" con la piel y remóntalo hasta el coxis. Alterna nalga derecha con izquierda.


¿Por qué es tan bueno? Porque, tanto para el hombre como para la mujer, ésta es una zona de un carácter altamente erótico. Además, en el caso de los hombres, los puntos de estimulación que excitan la próstata y la producción de testosterona se sitúan alrededor del coxis, cerca del ano.


El mejor momento para hacerlo: Cuando sientas la suficiente confianza con tu pareja como para dejarle mirar y masajear tus nalgas a plena luz. ¡A evitar en las primeras citas!


La idea: ¡Cambia de herramienta! En lugar de las manos, pon tus brazos sobre sus nalgas y realiza movimientos circulares, del exterior hacia el interior. ¿Resultado? Caricias más amplias y una presión más intensa.


A tener en cuenta: Si las caricias ligeras con la punta de los dedos bastan para estimular los muslos y las nalgas, cuando éstos están más musculados, es mejor aplicarles un vigoroso masaje.

LOS`PIES

¿Cómo lo hago? Tu pareja se tumba de espaldas, con un cojín pequeño bajo las rodillas. Siéntate a la altura de sus pies, ponte aceite de oliva en las palmas de las manos y caliéntalo frotándolas. Coge su pie izquierdo con las dos manos y realiza movimientos circulares con el pulgar sobre los tobillos, en el sentido de las agujas del reloj. Haz lo mismo con el pie derecho. Después pon los tres primeros dedos de tu mano sobre el tobillo externo y dibuja cinco círculos lentamente primero en un sentido, después en el otro, y por último, haz movimientos en forma de ocho. Continúa variando la presión y la amplitud de los movimientos.



¿Por qué es tan bueno? Porque los pies son zonas potencialmente erógenas y comprenden 4 puntos de estimulación sexual, relacionados con los órganos genitales. Un masaje en los pies relaja y excita al mismo tiempo: ¡el doble de ventajas!


La idea: Prepara tú misma el aceite de masaje para los pies mezclando 50 ml de aceite de almendras dulces con 6 gotas de aceite de madera de sándalo. Obtendrás un perfume sensual y amaderado, perfectamente adaptado para esta parte del cuerpo.


A tener en cuenta: ¿Conoces la reflexología? Esta terapia manual trata los órganos del cuerpo a distancia, a través de la presión en ciertos puntos de los pies. Además de su dimensión erótica, el masaje de pies puede aportar beneficios en caso de estrés, ansiedad, dolores de cabeza, gases... ¿Por qué negarse tal placer?

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