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sábado, 6 de febrero de 2010

PEDIR PERDON.....TAN NECESARIO COMO DIFICIL...


Me he puesto a pensar en cual de las acciones que hacen a nuestra vida es la más difícil de llevar a cabo. Toda aquellas que atañen a nosotros mismos, es decir, dependen de nosotros mismos no lo son tanto. Estudiar, trabajar, jugar, reír, soñar. Podrán tener un grado más ò menos de complejidad , pero en definitiva todo las hicimos alguna vez y por ende no son imposibles de realizar. Las haremos bien, regular ó mal pero las haremos. Pero cuando la acción ya implica el estrecho relacionamiento con el otro la cosa cambia sustancialmente. Debemos de ahondarnos en nosotros para poder aplicarlas y eso es un tema que nos trae dolores de cabezas.



Estamos acostumbrados a conocer hacia afuera no ha explorar y conocer hacia adentro porqué tenemos temor de que lo que descubramos tal vez no sea tan grato Así que hice una lista de acciones difíciles de llevar a cabo y entre las mas difíciles anoté: Aceptar. Comprender y la más difícil de todas Perdonar. Porqué perdonar se preguntarán es para mi la más difícil, les trataré de explicar porqué. Durante nuestra vida debemos de decir miles de veces perdón. Cuando niños era la fórmula perfecta para evitar castigos, en la adolescencia para evitar rezongos, en la juventud para evitar regaños paternos y enojos de nuestra enamorada, siendo mayores muchas veces para justificarnos. Pero en verdad cuantas veces pedimos realmente perdón? Cuando dejamos de lado todas esas autodefensas que nos creamos para evitar reconocer que nos equivocamos? Cuantas veces realmente sentimos la necesidad de que el otro nos perdone porqué somos conscientes de que hicimos mal y de una forma u otra lo hemos perjudicado? Pequeños actos, gestos, palabras a veces tuercen para siempre la vida de quienes nos rodean. Y si bien lo estamos viendo automáticamente buscamos una excusa que nos vite pensar en el grado de responsabilidad que tenemos.


Podemos vivir sin pedir ni ser perdonados pero siempre y digo siempre, en algún momento de nuestras vidas nos alcanzará esa sensación que nos hace sentir mal. Porqué lo hice? Porqué no pedí perdón aquel día? Y cuanto más caminamos por la vida más nos damos cuenta que necesitamos pedir perdón. Tal vez sea una forma de empezar a poner las cuentas en claro antes de irnos en el último gran viaje. Hasta los más duros cuando ven llegar la hora de abrir esa puerta y pasar al otro lado quieren pedir perdón. Y lo más triste es que muchas de las personas a las que deberíamos pedir perdón ya partieron y no nos van a poder perdonar. Y no recibir perdón es sentir culpa y la culpa es un gusano que carcome por dentro. Pedir perdón requiere sacarnos esa armadura que inventamos para protegernos de los demás, es verdad, pero también para no dejar salir a ese yo humano , sensible y mal entendido como débil. Pedir perdón no es de cobardes, de cobardes es no pedir perdón. Es no encontrar las fuerzas en el interior para decir me equivoqué, te fallé, y no las archiconocidas justificaciones de “no quise hacerlo” “no me di cuenta”


Pedir perdón nos permite darnos cuenta con egoístas podemos llegar a ser, cuantos valores tenemos sobrevaluados, cuantas carencias afectivas tenemos y nos es fácil ni agradable mostrase a uno mismo desnudo. Como decía sabiamente una persona muy sabia a pesar de su juventud “si no logras pedir perdón al del espejo y que éste te perdone nunca podrás perdonar” Para los creyentes pedir perdón a Dios puede resultar una forma afectiva de calmar la consciencia, pues en el entendido de que Dios es amor siempre perdonará. Pero aún para los creyentes el pedir perdón a Dios genera la responsabilidad de que todo pedido en oración debe tener una respuesta en actos.


Si logramos confeccionar una lista de quienes de una manera u otra hemos lastimado sólo habremos realizado la mitad de la tarea. pues ahora no está en nosotros el ser ò no perdonados. Dependeremos de la grandeza de la otra persona y en su intención de aceptar nuestra solicitud de perdón. Y como dije antes, no siempre será posible esto. Quizás el sentido de culpa no merme en éstos casos pero sentiremos paz en nuestro interior.


Hagamos una lista de todas las cosas por los que debemos pedir perdón y pongamos a quienes debemos pedirle perdón. Sincerémonos con nosotros mismos y no intentemos graduar el daño pues nunca en verdad sabremos que hemos provocado por nuestra falta. Y no nos sorprendería que quizás el haberle fallado a alguien en algo tan trivial como puede ser no respondí cuando me llamaste haya provocado mucho mas daño que al otro que le arrebatamos un puesto de trabajo. No importa cuanto tiempo haya pasado, así se remonte a nuestra infancia, pensemos porqué seguramente nos podremos acordar, todos tenemos esa propiedad de que cuando sabemos que actuamos mal no es imposible olvidar. Podemos ocultar, esconder, evitar, pero tarde o temprano recordamos. Luego intentemos pedir perdón a cada uno. Quizás a simple vista parezca una tontería pedir perdón por cosas que ocurrieron hace años, en verdad no es una tontería. Yo le llamaría a eso encontrarse con uno mismo, aceptarme a mi mismo con errores y aciertos y lo más importante: desee mi pequeñez dejar nacer la grandeza que hace a la calidad de `persona. Tratemos de alcanzar la paz de nuestro corazón, vivamos en paz con nosotros mismos en el día de hoy, porqué quizás el mañana nunca llegue.


Cuando tu naciste todos reían y tu llorabas, vive de tal manera que cuando mueras todos lloren y tu te rías.-

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