Estaban varios viejitos en una celebración.
Uno de ellos, se levanta y anuncia:
"Cuando me muera quiero donar mis ojos".
Otro se levanta y dice:
"Cuando me muera quiero donar mi hígado".
Todo el mundo empieza a decir lo que va a donar cuando se muera, y ya solamente queda por hablar un octogenario.
Le llega el turno y muy serio Don Jaime declara:
"Cuando yo me muera voy a donar mi pene".
Todos los presentes exclaman:
"Que generosidad, que maravilla, nunca alguien se habia ofrecido para donar eso!"
Todos gritaron:
"¡Viva Don Jaime que va a donar su pene!"
Con el fin de felicitarlo, todos empiezan a gritar:
"¡Que se pare!...¡Que se pare!"... ¡Que se pare!!
Y Don Jaime con una sonrisa dice:
"Ah, no.... ¡Si se para... no lo dono!!!!!!!!!"
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